‘Pioneras de la fisioterapia en Cantabria’, reunirá a tres profesionales que han sido pilares del desarrollo de la Fisioterapia en la Comunidad
  • La mesa redonda se celebrará el jueves 9 de marzo a las 17 horas en el Centro Cívico Tabacalera

Tres mujeres pioneras en su tiempo y en su profesión que fueron testigos de la creación de las primeras unidades de fisioterapia en Cantabria y España, así como de numerosas modificaciones legislativas, técnicas y administrativas hasta llegar a lo que es la profesión de la fisioterapia hoy: acceso a la formación, la dificultad de convalidaciones de sus titulaciones, el síndrome del aceite de colza, el paso previo a la titulación siendo Dama de la Cruz Roja… Grandes retos que superaron convirtiéndose en impulsoras de lo que hoy es la profesión

Reconocer a las mujeres pioneras en la profesión de la fisioterapia en Cantabria haciendo un recorrido por su trayectoria, son los dos objetivos que se ha marcado el Colegio de Fisioterapeutas de Cantabria con la mesa redonda Pioneras de la fisioterapia en Cantabria. La evolución de la profesión, que tendrá lugar el próximo jueves 9 de marzo a partir de las 17,00 horas en el Centro Cívico de Tabacalera de Santander.

Tres mujeres pioneras en su tiempo y en su profesión que fueron testigos de la creación de las primeras unidades de fisioterapia en Cantabria y España,  así como de numerosas modificaciones legislativas, técnicas y administrativas hasta llegar a lo que es la profesión de la fisioterapia hoy: acceso a la formación, la dificultad de convalidaciones de sus titulaciones, el síndrome del aceite de colza, el paso previo a la titulación siendo Dama de la Cruz Roja… Grandes retos que superaron convirtiéndose en impulsoras de lo que hoy es la profesión.

Moderadas por la secretaria del Colegio de Fisioterapeutas de Cantabria, Andrea González, Tabacalera acogerá a las pioneras de la fisioterapia: Frances Stafford Alexander, Asunción Zabaleta Jáuregui y Carmen de Gracia Miró.

Frances Stafford Alexander. 

Esta fisioterapeuta cursó sus estudios en el London Hospital y desde 1964 tiene el título de fisioterapeuta de estado y es miembro del Colegio de Fisioterapeutas del Reino Unido.

Tras trabajar en hospitales ingleses en 1964 y 1965, llega a España en 1965 y en León comienza a tratar a pacientes generales y lesionados de las minas de carbón de un especialista en traumatología de la Mutua Carbonera del Norte y de otro profesional de la neurocirugía. Tras dos años vuelve a Inglaterra en donde permanece hasta 1970 desarrollando su profesión, entre otros, en el Great Ormond Street Hospital, el hospital más importante de pediatría de Inglaterra.

En 1970 se desplaza a Ginebra, Suiza, en donde trabaja durante un año en el Hospital Universitario de Pediatría de Ginebra y en 1972 llega a España en donde, como explica, “empezaron mis problemas profesionales. Era imposible convalidar los títulos sin hacer primero enfermería. Así que estuve trabajando en centros privados, siempre con niños, durante 16 años hasta que salieron los primeros titulados del nuevo plan de estudios de fisioterapia. Entonces tuve que estudiar toda la carrera de nuevo y en 1988 obtuve el diploma de Fisioterapia de la Universidad de Valencia”. 

En 1989 salieron las primeras plazas para fisioterapia en colegios ordinarios y obtuvo la plaza por oposición del Colegio Cisneros. “Allí estuve trabajando felizmente hasta que me jubilé en 2008”, señala.

Ha realizado trabajos puntuales con chicos con Síndrome de Down (SD) y ha estado en la Fundación de Síndrome de Down desde su inicio. En 1989 empezó a trabajar en estimulación precoz de Síndrome de Down con una compañera psicóloga y , “ahora que esto funciona muy bien en el Servicio Cántabro de Salud sigo como voluntaria haciendo consultas y algún estudio. Por ejemplo, me publicaron uno sobre pies planos en personas con Síndrome de Down”.

Durante su estancia en el Colegio Cisneros escribió un pequeño libro sobre el manejo de los niños con Espina Bífida publicado por el Ministerio de Educación. “La razón que se encuentra detrás de esta publicación es que observé muchos síntomas que los profesores no comprendían”. Durante este tiempo, explica Frances, “tuve la suerte de  poder utilizar una piscina de la Calle Cisneros, próxima al Colegio para llevar a mis paciente. Con mis experiencias en el deporte adaptado inicié un equipo de Boccia en 1991 en Santander, que sigue funcionando y compite en campeonatos nacionales”.

Previamente, impulsó durante años un Club de Natación para discapacitados que entrenaban en la única piscina climatizada que había en Santander, la de Padre Meni. Fue entonces cuando rodó una película  de 10 minutos sobre esta experiencia que presentó en Madrid en un congreso de Parálisis Cerebral (PC), esto dio pie a ser invitada a Pamplona, junto a una fisioterapeuta irlandesa, a valorar a deportistas con parálisis cerebral, con vistas a la Paraolimpiada de 1992. 

Asunción Zabaleta Jáuregui

Titulada en fisioterapia desde 1978 en Valladolid, comenzó a trabajar en el Hospital Psiquiátrico San Juan de Dios de Ciempozuelos con niños con grandes discapacidades, sin apenas historia clínica, en situación de abandono: Hidrocefalias, microcefalias, malformaciones, PCI, Síndromes de Down con otras patologías asociadas, trastornos metabólicos…

Un año después participó en la apertura de un centro privado con dos médicos de la Paz y en 1981, a raíz del Síndrome Tóxico que se atribuyó a unas partidas de aceite de colza contaminadas, trabajó en un ambulatorio madrileño durante dos años “ya que se necesitaron a muchos fisioterapeutas en Madrid para rehabilitar a las personas afectadas”.

Asunción Zabaleta llegó a Santander en 1983 trabajó como enfermera en el ambulatorio de especialidades de Torrelavega y en 1985 fue propuesta para crear en el ambulatorio una unidad de fisioterapia, unidad pionera en trasladarse al Hospital de Sierrallana en su apertura. 

Fue una de las creadoras del actual servicio de fisioterapia del Hospital de Valdecilla, en donde trabajó en la unidad de Neurología durante una década y, posteriormente en la de Aparato Locomotor, en donde se jubiló. 

Carmen de Gracia Miró

Carmen de Gracia lo tiene claro, “para entender mi desarrollo profesional hay que contextualizar el momento: nos situamos en una España Totalitaria  y con un camino por recorrer para llegar a  una España democrática:  con todos los cambios socio-económicos laborales, administrativos y académicos que conllevaron”.

De Gracia llega a Cantabria con el propósito de realizar “uno de sus sueños”: “Especialidad de Fisioterapia”. “ Vine con mucha ilusión , energía y con la preparación pertinente de la época (ATS). Es decir, mi preparación era la del uso del momento, y pasa a su vez por trayectorias laborales y académicas a la par”. En el momento en que Carmen de Gracia decide iniciar una trayectoria profesional de fisioterapia, tiene que comenzar siendo Dama de la Cruz Roja, requisito para poder acceder a un  puesto de Auxiliar de Clínica en el año 1973. En paralelo, realiza sus estudios de A.T.S en la sede de la Cruz Roja de Alcoy, muy cercana al campo de la pediatría, y es en ese momento cuando descubre “la necesidad de especializarme en fisioterapia, por lo que me traslado a Santander”. 

Trabajando como A.T.S. adquiere en 1981 la titulación de Diplomado en Fisioterapia, iniciando su actividad profesional como fisioterapeuta en 1982.  inicio mi actividad laboral como Fisioterapeuta 

Su trayectoria profesional ha estado vinculada a la neurología, y la neurología y desarrollo en pediatría. 

En 1984 se incorpora a la delegación en Cantabria de la Asociación Española de Fisioterapeutas, a la que atribuye “la promoción de los cambios en la profesión». El trabajo realizado en todas sus etapas fue arduo y complejo, pero significó una demostración de que el trabajo en equipo con sus aciertos encuentros y desencuentros genera cambios que mejoran las actividades profesionales en un  contexto social de apertura a Europa: desde aquí mi reconocimiento a todos ellos  por ser una guía del saber hacer”. 

Como reflexión Carmen de Gracia explica que, “esta es una profesión en la que se convive con el dolor humano  y se aplica el mejor saber hacer sumando, instinto, evidencia  académica,  realidad terapéutica y /e integración total. He vivido la apertura a los colegios, los empleos, los accesos etc. De muchas lesiones pediátricas. Hoy, llegan nuevas herramientas bio inteligencia artificial, ahí está ahora  el reto”.

Comparte

Twitter
Facebook
WhatsApp
LinkedIn
Scroll al inicio